viernes, 20 de abril de 2018

¿Qué son los eventos de integración?

En la actualidad, el día a día nos lleva a estar focalizados en cumplir las metas que, como organización, nos hemos puesto. En esta realidad muchas veces dejamos de lado las relaciones humanas de dispersión, las mismas que juzgamos necesarias, ya que un equipo de trabajo fuerte y cohesionado debe conocerse, también, fuera del ambiente de trabajo y los eventos de integración son la herramienta perfecta para este efecto.

Estos eventos pueden ser:

  • Team building: hoy por hoy, el trabajo en equipo y la horizontalidad son una realidad y los team building son, sin duda, una fuente para potenciar el espíritu del equipo, la cooperación y comunicación dentro del grupo de trabajo, lo que redunda en mejorar la productividad laboral.
  • Juegos de competencia o gymkanas: son una de las formas más divertidas y llamativas de realizar actividad física de manera grupal. Siempre son motivo de risas, bromas, y generan grandes y gratos recuerdos en los participantes. Como decía el poeta romano Décimo Junio Juvenal “mens sana in corpore sano”.
  • Juegos de feria: de niños muchas veces hemos participado de las quermeses de nuestros colegios, donde había el típico juego del cuy, o la ruleta, o lanzamiento de argollas y tantas otras actividades que nos distraían y unían. Bueno, llamar a nuestro niño interior y volver a vivir estas experiencias saca lo mejor de nosotros y afianza las relaciones entre los colaboradores.
  • De libre dispersión: estos son días en los que los que juntamos juegos de gymkana, de feria, inflables, deportes y un sinfín de posibilidades, para que los colaboradores se relajen y hagan lo que más les gusta en un ambiente de camaradería.


Es sabido que en momentos de trabajo tenemos una actitud distinta a la de un ambiente de relax, o en una reunión con los amigos. En esos espacios, muchas veces se descubre a un bailarín o el buen humor que tiene un compañero, virtudes que no saldrían a flote en la oficina. Las anécdotas y recuerdos que se generan no tienen precio, ni par, y es por esto que los eventos de integración constituyen ese espacio donde las los colaboradores encuentran sus puntos en común y se forman los equipos de alto rendimiento.

Es por estas razones es que podemos aseverar que los eventos de integración son una herramienta indispensable para generar un ambiente de trabajo unido, encaminado al cumplimiento de las metas y con altas probabilidades de retener al talento.

Hasta la próxima.

miércoles, 7 de marzo de 2018

Vivir el Rally más duro del mundo en carne propia

¡Hola, de nuevo! 
Hoy me tomo un tiempo para sentarme a escribir sobre la última experiencia grande que tuvimos: el montaje de un evento fuera de la ciudad. Estuvimos a más de 4 600 m. s. nm., en medio de la nada, a merced de la inclemencia del tiempo. Pasamos días con temperaturas desde 6 hasta -4 grados centígrados, con lluvia, granizo, vientos de 30 km/h y hasta nieve.

Nos embarcamos en este súper reto con la confianza de 7 años de experiencia atendiendo eventos en la ciudad. Teníamos 6 días de preproducción por delante, montaje y postproducción de un evento VIP en la hermosa, pero cruda, sierra de nuestro Perú y puedo decir que nada nos había preparado para lo que vivimos.

Mientras llegaban a Perú los autos, motos, camiones y equipos del rally, nosotros iniciamos nuestro viaje enviando materiales desde Lima y recibiéndolos en Arequipa. Como los corredores, planeamos nuestro itinerario (y el de los invitados) con todo detalle, pero tal como le ocurrió a Juergen Droessiger, tuvimos un incidente ni bien arrancamos, pero afortunadamente pudimos sobrepasarlo.

Mientras la carrera avanzaba por los desiertos de Ica, nosotros nos enfrentábamos al “General Invierno” en Imata, un pueblo ubicado a más de tres horas de la Ciudad Blanca que nos dio la sede para nuestro evento y que nos recibió ese lunes con un cielo azul bello, adornado de nubes blancas que sentíamos tan cerca que daba la impresión de poder tocarlas (más adelante pudimos hacerlo, ya les contaré). El clima estaba suave (unos soportables 6 grados), el viento apenas se hacía sentir, todo empezaba bien... Ese mismo día, la noche regaló nieve y temperaturas de -4 grados (la puna empezaba a hacerse sentir).

Varios pilotos iban quedando fuera del rally y nosotros sudábamos la gota gorda haciendo de todo para mantenernos en carrera. A ellos les fallaban algunos componentes del motor, se atollaban, se volcaban; a nosotros, una de las computadoras se nos congeló durante la noche, uno de los motores generadores de electricidad pasó por algo similar, el personal de vigilancia la pasó duro y el toldo soportaba el ataque de los vientos de 30 km/h, entre otras peripecias.

Solo faltaba un día para recibir a los invitados y unas horas después ver la carrera que los congregó. Al promediar las 5 de la tarde las nubes bajaron al ras del piso… No solo las tocábamos, sino que nos cegaban, solo teníamos 5 metros de visibilidad. Nuestro campamento estaba a 100 metros de la carretera, pero las nubes lo taparon por completo, el viento, la lluvia y el granizo estuvieron más fuertes que nunca. Empecé a temer lo peor, que nuestra carpa no soportaría. Pero eso estuvo muy lejos de suceder, las estructuras que llevamos fueron lo suficientemente fuertes como para soportar todo sin problemas. Mientras el clima hacía lo suyo, nosotros seguíamos avanzando con los detalles, la hora avanzaba y todo iba quedando bien.

Por fin llegaron los invitados, la música comenzó, el fuego nos calentaba y la adrenalina se mantenía a full con la expectativa de ver pasar los autos y camiones del rally. Mientras íbamos disfrutando de los simuladores, el cielo se abrió para dejarnos ver las estrellas y la luna, y como plato de fondo el piloto Juan Carlos Cáceres, quien participó dos veces de esta dura competencia, nos llevó en su camioneta a vivir, en carne propia, el rally más duro del mundo…